Este gato se llama Tigger, es bastante mayor a sus 21 años y fue abandonado hace muy poco en una clínica veterinaria. Una heroína sin capa llamada Adriene Buisch decidió adoptarlo para que le hiciera compañía a otro gato de seis años que ya tenía en casa, pero al poco tiempo descubrieron que a Tigger le había salido un tumor del tamaño de una pelota de golf.
Además, presentaba fallos renales bastante graves. Buisch pensó que su destino era dedicarse a hacer lo más feliz que pudiera a este anciano gato… ¡y de qué forma!

Cuando Tigger llegó a su casa, su aspecto era el de un gato desnutrido, con un pelaje que apenas brillaba.

Gracias a una dieta balanceada, Tigger ha conseguido tener un mejor aspecto. Sus nuevos dueños han tenido que darle alimentos blandos, ya que le faltan algunos dientes.

Todos los problemas de salud del gato no le han impedido disfrutar de la compañía de estos nuevos humanos.

De hecho, hace unos pocos días pudo realizar uno de sus planes favoritos: ¡dar una caminata por la playa!

Incluso se echó una espectacular siesta en la arena.

E hizo muchos nuevos amigos.

También pasó el tiempo con sus humanos.

Hasta que regresaron a casa.

Y así es como la vida de Tigger ahora mismo, pasar sus días con dos humanos que se dedican a hacer todo lo posible para que sea feliz, tal y como ha contado Buisch en Facebook:
Con su diagnóstico de insuficiencia renal y el hallazgo de un tumor, decidimos empezar a dejar que haga todas las cosas especiales que le gusta hacer… estar fuera, dormir con nosotros, comer mucha comida, y continuar con las aventuras que trataría de hacer por sí mismo.

Buisch espera que su caso inspire a otras personas a adoptar mascotas ancianas. ¿A qué esperáis?